jueves, 16 de julio de 2020

Murciélago

Con frecuencia, en el crepúsculo, mientras veo cómo los murciélagos espulgan el aire, me surge un pensamiento recurrente: ¿cómo puedo hacer para capturar uno y fotografiarlo? 

La solución, como para tantas otras cosas, ha sido esperar, porque el martes me metí en la cocina y me encontré a un murciélago revoloteando. La cosa es que el pobre se estampó contra la pared y cayó en la encimera, donde yo, armado de un vaso grande y un folio doblado, lo capturé.

Fotografiado desde arriba, vemos su pelaje...


... sus manitas traseras...


... su cabeza, orejas incluidas...


Como era evidente que no estaba nada cómodo, le solté, pero en su primer intento de vuelo se estampó de nuevo, esta vez con un madroño pequeño que tengo en un tiesto, ocasión que aproveché para fotografiarlo de nuevo.


Por lo que he visto, se debe tratar de un Pipistrellus pipistrellus, murciélago común o murciélago enano. Desde luego, su cuerpo de cabeza a cola apenas si media cuatro centímetros.

Me miró, es un decir, y se fue, esta vez sí, volando.






1 comentario:

  1. Hay mucha gente que les tiene miedo, a mí me parecen un prodigio evolutivamente hablando.
    ¡Qué afortunado eres por haberlo podido fotografiar!

    ResponderEliminar